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roberto zucco

Mi patria es mi infancia. "Contra Franco vivíamos mejor" (2)

Mi patria es mi infancia. "Contra Franco vivíamos mejor" (2)  Y si esto estaba pasando en el exterior, dentro de mí, y coincidiendo admirablemente con estos hechos, se produce igualmente una revolución. Estos cinco años que vienen a continuación supusieron, además de otras cosas no menos importantes desde una óptica subjetiva, la toma de conciencia de esa realidad exterior, tanto en su ámbito nacional como en el internacional, y, consecuentemente, un posicionamiento humano, espiritual y cívico. En este sentido, no solo fue la muerte del dictador español lo que iba  producir esta perturbación, sino que otros acontecimientos actuaron como un poderoso revulsivo:  la llegada al poder en Chile de Augusto Pinochet, derrocando en un cruento golpe de estado a Salvador Allende, los últimos fusilamientos del franquismo con la conmoción en el interior de España y en el resto del mundo que provocaron, y la entrada en contacto con otras personas en el ámbito de la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza, que me daban cien vueltas en rigor y preparación intelectual y política, las que me iban a dar un empujón hacia quien esencialmente todavía sigo siendo. Pero, paralelamente a esta toma de posición, se produce en mí, en este periodo, otro gran cambio. Un cambio que básicamente consiste en querer la vida en sí misma, en vivirla con la inmensa alegría de sentirme profundamente vivo, explorando los caminos y los límites que este inexplicable don nos presenta, a pesar de las penalidades propias y ajenas.  Política, en un sentido amplio de la palabra, y placer, como actitud filosófica, se unen desde ese momento en mi interior, en una mezcla fraterna que aún perdura y que supongo me acompañará, aunque tal vez vaya evolucionando hacia la nostalgia, todo el resto de mi vida. Precisamente por eso, el teatro, con esa dualidad interior que lo caracteriza desde la noche de los tiempos, representó para mí la vía de unión, el pegamento que hizo compatible lo aparentemente incompatible. Porque, a partir de ese momento, he conocido a demasiadas personas que, participando de ese espíritu solidario y comprometido con el mundo, tienen una cara de amargura que me ha repelido siempre. Y por el contrario, y en justa reciprocidad, he conocido a muchas otras personas “alegres”, que basan esa alegría en un alejamiento sistemático de la realidad, imbuidas en una burbuja de estupidez y banalidad. Todo esto me iba a suceder mientras el Presidente del Gobierno, Carrero Blanco, volaba por los aires en Madrid, asesinado en un tremendo atentado de ETA, Franco agonizaba, el Rey planeaba un proceso de transición democrática que muy pocos esperaban, y Santiago Carrillo, Secretario General de mi Partido, atravesaba la frontera francesa disfrazado con una peluca que hace solo unos años contemplaba asombrado Arthur Miller, horas antes de recoger el Premio Príncipe de Asturias, junto a Woody Allen, en una ceremonia que ya nos terminaba de homologar como una sociedad europea y democrática. Una sociedad impensable en el momento en que decidí abandonar mis estudios de Derecho y pasarme al edificio de al lado para comenzar Filosofía y Letras. Todas esta cosas me pasaron a comienzo de los años setenta.

4 comentarios

Rain -

Ha venido la faz de Emile Cioran a mi mente cuando he léido lo que dices acerca de los rostros amargos.
Contraste: lo que escribe Cioran es demoledor por su sustancia, su desnudez. ´
Cuentan fuentes serias, y me baso sobretodo en el quien lo entrevistó y publicó estas "Conversaciones" con él, que Cioran era amable, solía sonreír, era cortés.

Bien, creo que volveré. No me resistí a comentarte este punto.
Ah, infinitas gracias por este post: voy a buscar a mi amigo, que es actor.

Abraxo.

Gatopardo -

Maestro Zucco:maravilloso escrito si sus destinatarios estuvieran en un banquete en su honor, esperando que de una maldita vez traigan la comida. No sé quien decía que narrar es pasear un espejo por delante de la realidad e ir contando lo que se ve en él; pero me temo que ha montado el espejo en un Audi y no ha parado ni en los semáforos en rojo.
Venga, usted sabe describir aquel temblor, mezclado de estupor paralizante y excitación que supuso descubrir sus referentes culturales y humanos, cuéntelo, porque nadie hablará de ellos, ni de su titánica autenticidad.
Gracias anticipadas en nombre de la literatura.
Un abrazo

Portorosa -

Pues a mí me gusta menos, chico, lo siento.

En cualquie caso, como ya te he dicho en el otro blog, vuelvo a leerte tras una temporada atípica.

Un fuerte abrazo (Cal me habló de ti).

rythmduel -

... y yo era un mocoso que apenas acababa de dejar los pantalones cortos, aunque en mi casa siempre se vivió un pacífico y nada militante sentimiento antifranquista.

Me gusta el aspecto de tu nueva bitácora. Yo también he migrado, pero en la misma casa (versión beta de Blogger). Creo que 5impulsos 2.0 ha quedado bastante resultón.

Un abrazo, a ver si alguna vez tengo el placer de conocerte.