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roberto zucco

Jet-lag

Jet-lag

Nunca fueron tan intensos los efectos del “jet-lag”. Anoche en mitad de la madrugada me desperté absolutamente desorientado. Intenté encender la luz de manera equivocada, buscando el interruptor en el lado contrario de donde se encontraba. Fueron unos segundos de angustia.  Me incorporé y me senté en la cama. Pensé, y, después de unos instantes en los que me sentí tan confundido como Gregorio Samsa en "La Metamorfosis", me percaté de que era yo mismo, otra vez yo mismo, sin patitas de cucaracha, y que estaba en mi casa. Cuando me di cuenta de todo, me eché a reir a carcajadas y me fui al balcón a tender la ropa que había puesto a lavar horas antes.  

Comprobé entonces la sensación térmica del frío intenso. He pasado de los treinta a los cero grados y la verdad es que eso no ha supuesto para mí nada especial. Dicen que en el siglo pàsado una orden religiosa traía a sus jóvenes cachorros a Zaragoza para acostumbrarse a un clima extremo que puede cambiar enortmemente en pocas horas. Aquellos novicios que resistían la prueba estaban en condiciones para aclimatarse en cualquier otra zona del mundo. No sé si es verdad, pero sí que es posible. 

Hoy me he incorporado a mi trabajo. Sigo desorientado, pero hay personas que me sirven de faro y de apoyo. Ayer los encontré sanos, salvos y felices. Comimos y nos reímos, llamamos a Isa por teléfono que se ha quedado unos días en la República Dominicana y que aparecerá por aquí a mitad del mes de Febrero. Yo me emborraché como un piojo. 

Mis últimas horas en su país estuvieron marcadas por la burocracia y las molestias derivadas de una otitis que he debido pillar en la piscina del hotel de Las Terrenas. Un médico dominicano apareció en el hotel Meliá para recetarme unos antibióticos, unas gotas y unos antiinflamatorios que no sirvieron, desde luego, para curarme. Por eso, la última media hora del vuelo de Iberia que me traía, justo lo que duró la maniobra de aterrizaje, fueron dramáticas. Sentí un dolor intenso y me quedé completamente sordo, escuhando solo el rumor intenso de mis propias secreciones internas. Me pareció estar atravesado por riachuelos y corrientes marinas. En realidad, seguí así hasta ayer por la mañana en que fui a la consulta de un otorrino de esta ciudad que empezó a quitarme las molestias. Pues bien, una vez ubicado, orientado, tranquilizado, más seco interiortmente y, en consecuencia, un poco menos sordo, he podido ordenar las ideas.

Lo que no he podido es arreglar todos los artilugios que en mi casa se han descompuesto a la vez, de manera sincronizada. Primero me estropeo yo y luego el resto de los cacharros que me rodean... Por no funcionar no funciona el equipo de sonido, el DVD se ha vuelto medio loco, y tampoco puedo conectarme a internet. El portátil, por último, se niega a guardar la información en CDs porque Nero tampoco responde de manera adecuada. En fin, un auténtico desastre doméstico, una rebelión de los objetos en toda regla que haría morir de gozo al mismísimo Mayakovski. 

Me queda la memoria, al menos de momento. Recuerdo que en las últimas horas en Santo Domingo se solucionaron finalmente todos los problemas que nos han tenido con el alma secuestrada durante tantos y tantos meses. Por fin puedo dejar de escribir de ellos y por fin Isa y yo pudimos pasear de manera relajada por esa bella y degradada zona colonial. Por fin nos sentamos a beber una cerveza Presidente y a comer un exquisito zancocho. Por fin me pude fumar un gran puro dominicano y comprarme unas cuantas cajas para los próximos meses. He decidido que voy a dejar de fumar cigarrillos y me voy a concentrar solo en los puros, y en momentos especiales.

Se acabaron las molestias, las dudas, las zozobras. Ahora somos igual de frágiles que las demás personas que deciden vivir juntos. No es verdad. Nos conocemos muy bien, nos hemos curtido en la adversidad y en la inquietud, y espero que eso nos haga mantener una relación que, a pesar de las circunstancias adversas, siempre fue sincera, intensa y apasionada.

6 comentarios

Rain -

Qué manera de decirlo, bienaveturado Roberto.

olvido -

Cuídate ese oído Roberto.Mira que emborracharse como un piojo jaja.
Un saludo

rythmduel -

Aunque todavía no estés completo, te doy la bienvenida, amigo. Ahora toca lo más bonito: recorrer vuestro camino juntos. Ojalá alguna vez pueda disfrutar del placer de vuestra compañía.

Fernando -

BIENVENIDO A TU TIERRA...TE HA RECIBIDO LO MEJOR ..EL INVIERNO...

amaltea -

Bienvenido, bienvenido, bienvenido...

Lo de los puros ya me parece bien, pero tendrías que pensar que las cortinas y los "sofases" de las casas no suelen soportar el embate(digo por el olor que cogen). Y no te digo nada cuando vayas de visita, tal vez encuentres un cartel como esos de las oficinas en la puerta de las casas a las que vayas...

Allá ellos. Yo, si vinieras, colgaría uno que dijera "SE PERMITE FUMAR PUROS SIN RESTRICCION A ROBERTO ZUCCO".

Respecto a los chismes electrónicos, ¿y lo que los has echado de menos? Lo que querían era que les prestases atención y no han tenido otro remedio que estropearse a la vez y como todos precisan de tu atención, pues han protestado todos a la vez. Se ve que son como nosotros los blogeros que todos demandamos tu atención.

Seas bienvenido, venerado Zucco

pau -

Me alegro que todo haya terminado felizmente.
El otro día hablabas de un taxista dominicano que... Curioso, yo también conocí uno que hizo lo mismo, no tanto, claro, porque mi visita no era para solucionar papeles, pero de seguro que si hubiera sido...
Al final salíamos con él de fiesta por la tarde dominicana.
Un abrazo y ojo con el oído.