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roberto zucco

Un mundo peor (lo visible y lo invisible como dialéctica del horror)

Un mundo peor (lo visible y lo invisible como dialéctica del horror)

Recordaremos siempre aquel día en que las torres gemelas se desmoronaron. La televisión, claro, estaba ahí, y de ese espectáculo dantesco cada uno sacamos nuestras consecuencias, una vez que esas imágenes se acomodaron en nuestro interior.

  

Seis años después ya sabemos que los norteamericanos han perdido una excelente oportunidad para reflexionar no solo sobre sí mismos sino sobre su presencia en el mundo. Desgraciadamente para todos han hecho una elipse intelectual, inducidos por la administración Busch y sus especialistas en explicar la realidad: sus televisiones, sus analistas orgánicos, sus intelectuales amaestrados, etc. Los resultados de esa elipse los conocemos todos porque es, al fin y al cabo, la doctrina oficial del imperio: el enemigo está ahí, agazapado y oculto. Al comunismo norteamericano también le pasaba un poco lo mismo: estaba por ahí, en los medios de comunicación, en las cabezas de algunos intelectuales... Para encontrarlo se designó a un duro oficial: el senador Joseph Raymond McCarthy que hizo un trabajo ejemplar. A este de ahora, busquémosle hasta en nuestra propia familia, hasta debajo de la cama. Y si no lo encontramos, imaginémoslo. El enemigo, como el demonio, es malo “per se” y un poco estúpido: simplemente desea el mal de los Estados Unidos, representante de los valores democráticos, de la civilización y el progreso. Nosotros no hemos hecho nada infame, el mal es un territorio de "ellos", de los malos, como si la vida fuera en definitiva una película de vaqueros. Y claro, a partir de ahí todos los excesos se deben entender y disculpar, porque en el fondo no lo son. Son mecanismos de defensa, guantánamos lógicos y necesarios para contrarrestar la ignominia.

  

Nada de autocrítica, pues. La política exterior de los Estados Unidos es la correcta y siempre lo fue. Nuestros valores son “los valores” y siempre lo fueron. Estuvo bien siempre nuestra participación en Vietnam, en Chile, en todos los lugares del planeta, como ahora en Venezuela, en donde se cuestiona lo incuestionable, y de forma especial, nuestra participación en la guerra en Afganistán (en donde ese enemigo se hacía más visible que en ningún otro sitio), y en Irak, en donde no estaba pero podía estar, armado hasta los dientes de unas armas de destrucción masiva que finalmente no estaban tampoco en ningún sitio.  Eso es lo de menos: lo importante es que nos hemos quitado de encima a un tipo que nos traía en jaque desde hacía bastantes años, desafiando públicamente nuestra visión de las cosas. Su ejecución esperpéntica y retransmitida al mundo ha sido todo un toque de atención para el resto de los subversivos del planeta.

  

En ese contexto de entusiasmo patriótico, poco importa que dentro de EEUU haya voces que gritan lo contrario. Ya las había en mitad del fragor de la batalla, y las sigue habiendo ahora porque Irak es un país que se autodestruye a golpe de atentado diario. El gobierno que se puso, un gobierno títere de los que EEUU es especialista en poner en los lugares que invade revistiéndolo de un olorcillo democrático que no impide oler, sin embargo, los cadáveres que deja despanzurrados por las calles. Esa voz discordante es la de una minoría, integrada por intelectuales no leídos, por cineastas no vistos, y por personajes mediáticos que lo son a pesar de lo que piensan. Para que esa democracia tan perfecta quede definitivamente legitimada, tiene que haber esa contestación insignificante, que no afecta a las masas, convencidas de que las cosas se hacen bien, se han hecho siempre bien, dentro y fuera del país.

  

Yo creo que desde ese momento el mundo ha ido a peor. Donde no había enemigo ahora sí lo hay. Enarbolando una bandera equivocada y una metodología reprobable, Al Qaeda es cada día más fuerte y su poder de influencia se extiende por países en donde antes ni era conocido, países que eran laicos hasta hace poco y que ahora han dejado prácticamente de serlo. Ahora es el brazo armado de los verdaderos enemigos del imperio y de sus aliados. Es un enemigo cada vez menos agazapado y oculto: ya es visible no solo en los lugares invadidos, en donde ha conseguido aglutinar a la resistencia y dotarla de un contenido ideológico compacto, y en donde cada vez será más difícil combatirlos. Allí, en esos lugares tarde o temprano, habrá que pactar con ellos, habrá que admitirlos a regañadientes en esas instituciones supuestamente democráticas, teledirigidas por occidente.

  

Nos faltaba un líder enemigo para tener ya el reparto terminado. El espantajo de Bin Laden ha añadido la invisibilidad a sus dudosas virtudes de guerrero implacable y aglutinador del descontento. Esa invisibilidad le aproxima a la perfección. Solo dios es perfecto: muchos dicen que está ahí, pero nadie lo ve. A dios, como a Bin Laden se le conoce por sus ausencias, y, paradójicamente, por sus obras. ¿Dónde esta Bin Laden? ¿Escondido en las montañas de Afganistán? ¿Qué está preparando esa cabecita siniestra desde un confortable apartamento de Londres o de la quinta avenida de Nueva York?

  

Seguramente muerto. Como dios. Por eso es tan peligroso. Porque Bin Laden está ahora en la cabeza de esos chicos argelinos dispuestos a matar a cualquier enemigo del Islam, está en Marruecos, en Torrelodones, en Londres, en Bagdad. En las mezquitas de todo el mundo se rumorea que Ala es dios y Bin Laden su profeta, o lo que es lo mismo, su propia prolongación en el mundo de los objetos y de los seres humanos.

Dios y Bin Laden están en todos los lugares de la tierra en donde haya un solo hombre dispuesto a matar por El, por ellos. Así fue siempre y así seguirá siendo. ¿No es EEUU un país conservador? Pues a conservar a los enemigos, a crearlos, a alimentarlos y, por último, a exterminarlos. Cuantas veces sea necesario, porque esa es la mejor garantía de la supervivencia de su propia fuerza interior.

5 comentarios

Juan (otra vez) -

Pues aquí te equivocas de medio a medio. Pocas sociedades más autocríticas que la americana (salvo que tú confundas sociedad con gobierno, claro, que es algo que se da mucho). Pero en fin, supongo que para los que escribís estas cosas que llama blogs no todos los días se puede estar acertado.

¡Ah! Y el espantajo de Bin Laden es en realidad un asesino múltiple, creo que no deberías olvidarlo.

Rain -

Mirarse por dentro es acción osada...¿cómo podrían mirarse los que dirigen las guerras y las supuestas contraguerras sin develar sus miserias?

maray -

Minha mãe dizia : "vocês podem brigar o quanto quiserem dentro de casa, mas se alguém de fora brigar com alguém daqui, temos que nos unir. A "nossa" roupa suja se lava em casa, mas somos uma família". Era um jeito doentio dela manter unida uma família que se esfacelava. Ao invés de olhar cada um nos olhos do outro e tentar conversar. E mudar alguma coisa.
Assim também acredito que o governo americano e uma grande parcela de seu povo teme conversar, olhar nos olhos. Quer sempre forjar inimigos na tentativa de manter unido um povo cada vez mais individualista, cada vez mais voltado pra si mesmo. Um povo que faz questão de se chamar "américa do norte" onde quase a metade já é formada por povos de outras américas. As coisas mudaram. Mas eles temem ver. E trabalhar com essas mudanças.
Como também dizemos por aqui ( e acho que aí também) : o pior cego é o que não quer ver.

amalia -

Pura estrategia de la ilusión.Cada vez que leo textos como este me acuerdo del excelente libro de Umberto Eco.Era así cuando él lo escribió, y sigue siendo así, sólo que cada vez más macabro.

hipotecas prestamos -

Atentos a Marruecos

El secretario general del partido Istiqlal, Abbas el Fassi, ganador de las elecciones legislativas del viernes en Marruecos, en las que derrotó a los islamistas moderados del Partido Justicia y Desarrollo (PJD), considera que "el Islam no es monopolio de nadie".
El Fassi aseguró que "el Islam de nuestros ancestros, que ha durado siglos, que heredamos hoy, es el Islam de la tolerancia, de los derechos humanos, de la solidaridad". ¿A quién quiere engañar? El islam es el islam que vulnera los derechos humanos y que practica una absoluta falta de tolerancia con las otras confesiones religiosas. No nos dejemos engañar.

También debería hablar de la ancestral costumbre marroquí de la compra de votos.
La democracia y el islam no son compatibles, el islam no considera iguales en derechos y deberes a todos los ciudadanos (independientemente de su sexo o creencia religiosa, por ejemplo).