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roberto zucco

Dos películas

Dos películas

He recuperado la costumbre de ver cine los domingos por la noche. La cultivé durante muchos años por aquello de que ese día y en la última sesión no hay prácticamente nadie en las salas de Zaragoza y supongo que de ninguna parte. En el cine, más que en ningún otro sitio, me molesta el ruido ajeno, ya sea el producido por comentarios, por risas a destiempo o masticaciones de palomitas. Esa es la razón por la que no me beneficié jamás de las ventajas y reducciones económicas del llamado día del espectador. En casa vemos mucho cine, prácticamente todos los días. Incluso somos adictos a las teleseries. Acabamos de ver en DVD nueve capítulos de la famosa y antiquísima serie “Colombo” que no me han parecido nada mal. Por cierto, uno de sus primeros capítulos, según he podido comprobar, estuvo dirigido por el mismísimo Steven Spielberg. 

Lo dicho. Isa y yo llevamos dos domingos seguidos perdiéndonos por salas semidesiertas en donde hemos tenido la suerte de ver seguidas dos magníficas aunque, sin duda, irregulares películas: “Diamantes de sangre” y “Babel”. 

La primera es una brillante película firmada por Edward Zwick, autor de una filmografía desigual y que está compuesta entre otros títulos por “El último samurai”, “Estado de sitio” o Leyendas de pasión”. Es tan brillante que a veces deslumbra demasiado y cae en la resolución facilona. He leido algunas críticas en donde se reflexiona sobre el procedimiento narrativo bastante frívolo que emplea el director para contar una historia extraordinariamente dramática. Puede que sea verdad. Sin embargo la película se convierte en una implacable y muy didáctica denuncia contra el tráfico de diamantes en el mundo, tráfico del que yo no tenía ni la más ligera idea del horror que ocasiona en los países que como Sierra Leona tienen la suerte o la desgracia de producirlos. A partir de la codicia de occidente, esos países terminan siendo pasto de sus propias corruptelas y de la crueldad de sus propios ejércitos y paraejércitos. Eso está estupendamente contado en la película, con un especial hincapié en el caso terrorífico de los “niños soldado”, entrenados para matar desde el primer momento.  

La otra es “Babel”, film estadounidense escrito por Guillermo Arriaga y dirigida por el mexicano Alejandro González Iñarritu, autor de esa discutible pero interesante película titulada “21 gramos” con Sean Penn, Charlotte Gainsbourg y Benicio del Toro y que a mí me gustó mucho. En esta se nos cuenta tres historias paralelas, engarzadas por la casualidad. Los protagonistas de las tres viven en tres lugares muy distantes y distintos del planeta peripecias y situaciones límites que alteran inesperadamente la placidez o la normalidad de sus vidas. Entre ellas existe un hilo de conexión más o menos explícito, más o menos casual. 

Ultimamente se hacen muchas películas así, a partir de un guión que va uniendo los destinos de personas diversas. Es un prodecimiento que el teatro ya utilizaba desde hace tiempo y que en España ha tenido en Sergi Belbell a uno de sus principales y últimos mantenedores aunque él lo copiaba directamente del Bernard Marie Koltés de “Muelle Oeste” o “Roberto Zucco”. Sin duda, la vida, nuestra vida es, como el bingo, interconexionada. Lo que nos sucede en Logroño puede estar ocasionado por algo que comenzó a suceder en Shangai y viceversa. Además de una consecuencia directa de la llamada globalización, esta interconexión ha existido siempre y es de naturaleza similar a lo que ocurre en los hormigueros a escala más pequeña. 

Ambas películas tienen denominadores comunes. Están bien contadas, mantienen un estimulante coqueteo entre lo inverosímil y lo coherente, aunque las dos se inclinan felizmente hacia el segundo de los lados. Creo que además muestran, entre otros, a dos buenos actores, Brad Pitt y Leonardo di Carpio, que parece como que han enderezado de buena manera sus respectivas carreras artísticas. El primero se ha convertido en un actor duro y polivalente, que sabe a pesar de su edad, incorporar elementos de introspección. Me gustó bastante en “Infiltrados”, de Scorsese y me pareció que ha madurado renunciando a tiempo a convertirse en lo que la industria hubiese deseado de él. Pitt es otra cosa. Siempre pensé que es un actor limitado, pero hay actores limitados que terminan siendo imprescindibles. En “Seven” hizo ya un papel creíble, y aquí está razonablemente sobrio y convinecente.

10 comentarios

Rain -

Recordado Roberto Zucco, sobre cine, verlo en casa resulta grato. Lo ideal sería tener una pantalla enorme como en cinemascope... practicamente una sala de cine en el hogar.
:)

Lo que sucede es que ir al cine es ir, como un ritual. El mismo hecho de comprar el boleto, sentarse en una butaca ...

Te comento que "Amores perros" me dejó desconcertada. No me impresionó. Tampoco diría que es una mala película. Simplemente no la vi como un film que mereciera grandes elogios y premios.
No he visto 21 gramos y sí Babel.

Babel
contra todo el,sentido común, poeque es eso lo que ocurre. No hay sentido común y por eso los dramas se intercalan y de veras, no lo encuentro forzado. Es un buen film.

Ese cosmopolitismo existencial me interesa, así en un collage emocional. Bien.
Creo que el realizador tiene talento para desarrolllar aún más su capacidad fílmica.


Abraxo Roberto y un gran salute. ¡Albrcias por tu compañera musa!

gecko -

Caro Zucco:
Me alegro mucho de que tu vida se haya estabilizado y de que seas feliz como una perdiz. Pero aquí, entre nosotros, la literatura ha perdido una buena pluma.
*Aborrecida* estoy de ver siempre el careto de Di Caprio y su colega cada vez que entro a tu blog.
Debe de ser cierto eso de que, para escribir bien --o, en este caso, para escribir a secas-- , hay que ser un poco infeliz en lo personal.
Pues nada, que siga la luna de miel :-). Pero creo que somos unos cuantos los que te echamos en falta.

amaltea -

Es verdad, creo que todos te echamos de menos.
MIramos y miramos tu blog, pero siempre nos salen los mismos chicos, que aunque cada uno en su tipo, son muy agraciados, preferiríamos verte, si no a ti, tus comentarios.
Un abrazo muy fuerte.

Scarlett -

Uf, se te echa de menos...

Calamity -

Igual de abandonada que la blogosfera tengo al cine. Antes, que de tres sesiones semanales no bajaba, y ahora, que si voy una vez cada quince (uy, digo quince) días, me doy con un canto en los dientes.

Pero he visto casi todas las pelis de las que habláis. Todas menos "Diamantes de sangre" (que ahí la tengo apuntada en la lista). Ganas tengo sobre todo por ver la actuación del actor Djimon Hounsou, que por lo visto para los entendidos (ya me dirás tú, Zucco querido) es magistral.

De Iñárritu, en fin, creo que es inversamente proporcional a la madurez del vino. Me explico. Para mí su gran obra fue "Amores Perros". "21 gramos" también me gustó, algo menos. Y "Babel", hooooombre, no puedo decir que no me haya gustado porque sí me gustó, pero no me parece una peli redonda.

Veremos a ver de ahora en adelante qué nos deparan las pelis de Iñárritu, ahora que Arriaga y el director se han "divorciado".

(Totalmente de acuerdo con Rythmduel: id a ver Pequeña Miss Sunshine, os gustará).

Besos. Cal.

elisa de cremona -

funcionará??....... a verrr
He visto infiltrados, y no sé por qué me pareció en extremo enredosa, me gustó, me entretuve y me contagié incluso de tanta intriga, pero al rato ya fue demasiado. Sin embargo, he de concordar con usted don Roberto, en que Leonardo estuvo bien.
Un besazo y ya nos leemos

zipi -

me alegro de reencontrarte y de que empieces de nuevo a escribir en el tono que antes lo hacías, ya que así hay espacio para la discusión y la opinión.El hablar sólo de asuntos personales sólo deja sitio para ejercitar la empatía, pero sobre eso,no se puede debatir y da pudor.Prefiero tu vertiente mas "perodistica", que egoistamente, da mas juego.

Yo tampoco he podido ver todavía ninguna de las dos peliculas que has mencionado, pero si que vi 21 gramos, y me encantó...pero babel, no se, hay algo que no m deja por ahora ir a verla.
Con respecto a diamantes de sangre..en fin ..lo que ocurre en el continente africano es el gran desconociso para los occidentales.No sólo con los diamantes, sino con la industria farmaceútica, la armamentística...un horror¿viste hotel rwanda? pone los pelos de punta, pero es asi.Vivimos en la ignorancia.Y luego nos vienen los del triángulo de los buitres,`perdón azores para justificar uan invasión para derrocar a un dictador...si actuaran por justicia social,actuarían en africa, donde en casi cada pais hay un dictador apoyado por multinacionales dispuestas a sangrar a un continente analfabeto y moribundo de sida, cólera,malaria...y guerras fratricidas.
un beso fuerte

rythmduel -

No he visto ni la una ni la otra, pero tendré en cuenta tus comentarios. Te compenso con una recomendación: El Laberinto del Fauno. Y con una pequeña joya: Pequeña Miss Sunshine.

Un abrazo para los dos.

Fatima -

Por una vez discrepo contigo, querido Zucco. A mí Babel me pareció un cúmulo de personajes mal perfilados, donde se muestra la incapacidad humana no sólo para resolver un problema sino para empeorarlo. Reunir tantos individuos cargados de (llamémoslo) "mala suerte" e incompetencia, me parece una vuelta de tuerca a la "casualidad".... Pero ¿no hay nadie que ponga un poquito de sentido común en dos horas, en tres lugares diferentes del mundo? :) A mí me dejó un regusto amargo.

amaltea -

Hombre!!!!!!! qué sorpresa.

¿Te cuento un secreto? En Zaraguay, para ver ese tipo de películas y como te gusta verlas a ti no hay otros cines como los RENOIR.

Allí vi yo "21 gramos" y con mucha frecuencia pienso en ese título. La diferencia de peso entre un cuerpo humano vivo y muerto. 21 gramos es lo que para Iñárritu pesa el alma.
Desde entonces soy incondicional suya.

Logroño-Shangai... Logroño-Shangai... bueno, otros nos tenemos que conformar con la causa-efecto en unos cientos de metros.