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roberto zucco

Buenos Aires

Buenos Aires

1. No recordaba que a los aviones les cuesta doce horas el viaje hasta Buenos Aires desde España. Voy en bussines class con lo cual el calvario es menor. Pero una vez que se han acabado las películas interesantes, has escuchado dos veces la selección musical, has comido y merendado, etc, lo único que queda es dormir. Afortunadamente tengo mucho sueño y se me cierran los ojos de una manera natural. Me despierto en mitad del oceano, y poco después el aparato sobrevuela Brasil. Hace unas horas estaba en Moscu, he dormido en Zaragoza y ahora estoy sobrevolando America del sur.

Antes de reflexionar sobre si esta vida viajera me gusta o me cansa, llego a Buenos Aires. Es imposible no recordar que en el aeropuerto de Ezeiza, al llegar hace ahora dos años, cuando todavia estaba preocupado sobre si funcionaria o no el telefono movil, sono una llamada y era mi madre. Lo recuerdo con extrema nitidez. Era muy temprano en Argentina y esa voz estuvo en mi interior durante toda la estancia.

Decididamente todavia no ha aprendido a ser huerfano.

Esta vez hay también otras diferencias. Vengo acompañado con personas relacionadas con mi trabajo, y puedo desocuparme de las cosas de intendencia. Es curioso: cuando viajo solo estoy extremadamente atento a todo. Pero cuando voy acompañado, delego en el grupo absolutamente todas las funciones prácticas, de tal modo que, si me quedo solo, no me aprendo las ciudades, me pierdo por las calles y soy incapaz de regresar a un lugar que conocí el día anterior aunque este a cincuenta metros de la puerta del hotel. Hace un frio intenso. Nos espera un tal Miguel, y nos lleva directamente al Hotel Caesar Park que es desde donde empiezo a escribir este largo y unico post tras el primer día aquí. Hemos venido a ver los primeros ensayos de un espectáculo teatral que se estrenará dentro de diez meses y que requiere muchas horas de pruebas y ajustes técnicos. Como estos artistas argentinos, de los que no debo decir el nombre, son encantadores y amigos personales, la estancia promete ser agradable a pesar de las bajas temperaturas. Desde aquí me marcharé a Colombia por razones estrictamente privadas.

2. Tenemos una cena con nuestros anfitriones extremadamente cálida. Comemos carne, en sus múltiples variedades. Bebemos diversos vinos tintos argentinos que a mí me saben de maravilla. Me complace ver como uno de estos amigos se ha repuesto por completo de un grave accidente que tuvo hace unos meses en el teatro y que estuvo a punto de costarle la vida. A ese buen amigo, gran aficionado al futbol,  le he traído una camiseta del Real Zaragoza. Es el regalo recíproco al que él me hizo: una camiseta de su querido Boca Juniors. Me alegra verte tan bien, querido Arielito.

3. En esta ocasión Buenos Aires me produce una magnífica impresión, superior a la de hace un par de años. Creo que la recuperación económica empieza a ser un hecho, la gente sigue siendo cálida y amable, y la ciudad, a pesar de este frío polar bastante molesto, presenta un aspecto excelente. Es grande, hermosa, multicultural, llena de bellos edificios y lugares bonitos. Se nota por todas partes la influencia española, o al menos asi me lo parece. No es exactamente una influencia sino una coincidencia de identidades. Creo que, como decía Borges, a los españoles y a los argentinos solo nos diferencia una cosa: el idioma. Y es que los argentinos en particular y los latinos en general hablan mejor que nosotros y esto no es un brindis al sol sino una certeza.

4. Los dias transcurren con placidez. El hotel es excelente y el trato de todo el personal me sirve de necesario contrapunto al del hotel Kosmos de Moscu. Asistimos a los ensayos, compro camisas en unos grandes almacenes, paseamos, leo en la habitacion del hotel, una costumbre felizmente recuperada. Me escapo alguna que otra vez a un bar que me encanta y que conoci en el anterior viaje.

5. Ultimo dia. Despues del ultimo ensayo me tomo una cerveza con un cineasta argentino al que admiro profundamente desde que vi una pelicula suya en Canal Plus sobre la generacion argentina del Mayo del 68. Es una peli profundamente optimista, algo asi como el reverso de Las invasiones barbaras, otra pelicula excelente, en donde tambien se cuenta de modo inteligente y progresista las peripecias de unos amigos que se reencuentran al cabo del tiempo pero para despedirse de uno de ellos que ha tomado la decision de suicidarrse. En la pelicula de este hombre que tengo ante mi la decision es la de seguir viviendo con dignidad y alegria, aplicando con deportividad y elegancia en la esfera privada ciertas ensenanzas de aquella experiencia revolucionaria. Me gusto tanto que desde entonces he intentado seguir su carrera y he logrado ver varias maravillas. Los mejores actores argentinos estan en sus repartos, entre ellos el magnifico Dario Grandinetti, y la casualidad ha hecho que en su ultima pelicula, que se desarrolla en Sevilla y Buenos Aires, trabajara un actor amigo que me ha facilitado su direccion y su telefono. Llego a la cita con una hora de retraso porque la autovia desde el barrio de El Tigre esta colapsada por la lluvia. A pesar de lo cual este hombre me espera y me sonrie amablemente. He sentido una emocion intensa al conocerle y le he ofrecido un proyecto que le ha interesado mucho.

5. Cena de desdepedida en un restaurante de moda en Buenos Aires. Nuestros amigos nos agasajan de manera permanente y nos han querido llevar en el ultimo momento a un lugar donde la comida y los vinos son tambien excelentes. Alguien dice que la imagen del establecimiento es newyorkina y tiene toda la razon. Hay mujeres bellisimas por todas partes, vestidas con gusto exquisito. Es un lugar que resume bien la imagen de un pais que, como decia al principio, parece salir de una larga crisis. Por ultimo nuestros amigos pretendian llevarnos despues a una sala de tangos, pero todos estamos muy cansados y renunciamos. Mañana se dispersa el grupo: Salvador se va a Bolivia, Mar se queda en Buenos Aires y yo me voy a Bogota muy temprano.

11 comentarios

albatros -

Muchos y gratos son los recuerdos de mi visita a B.A. Donde a parte de la hospitalidad de sus gentes, disfruté de gran manera de su cocina y costumbres. Es una gran ciudad.
Ahora toca la segunda parte, una visita al sur del país, pero claro…. La boya de la economía no tiene la línea adecuada….Sl2

Isabel -

Me complace leer este post a sabiendas ya de quienes son aquellos de los que no decías el nombre.
Y lo que mas, saber con certeza (porque si no me equivoco, le conocí el viernes) que Ariel está estupendamente... y sigue siendo futbolero!
Un abrazo.

amalia -

No Roberto, soy medio misántropa.

Roberto a Amalia -

Y esta foto es mía. Efectivamente es El Tigre, que es donde más tiempo estuve. ¿Sabes quién es el cineasta?

amalia -

Gracias por cambiar la foto!(Creo reconocer el Tigre)
Esa flor.....no desearía que se transformara poco a poco en el emblema de nuestra ciudad.

rythmduel -

¡Y hala! Compruebo con satisfacción que regresaste para no quedarte... quieto. Un abrazo.

Portorosa -

Bienhalladas crónicas, Roberto.
Un abrazo.

amalia -

También dicen que los argentinos somos italianos que hablan espaniol (disculpa pero mi teclado alemán no tiene la bendita letra necesaria).
Sin el más mínimo ánimo de contradecir a Borges (como le gustaba ser llamado), diría que gozamos de ambas asimetrías a la vez.

Apostillas literarias -

Qué lindo viajar, Roberto. Cansa sí, pero vale la pena, luego uno se repone :-)

Que lindo nos cuentas.

Rain -

Los afectos más profundos nos acompañan, y es así verdad cuando se afirma que alguien muy amado vive dentro de uno.

A mí en general me agradan los argentinos. Las y los que he conocido me fueron gratos durante todo el tiempo que los traté... :)

Quién sabe alguna ve no lejana, esté pisando suelo argentino.

Me anima leer tus crónicas, mi amigo Roberto.
Abraxo.

amaltea -

JO!!!!

Qué bonito es eso que se lee entre líneas acerca de lo que has escrito de tu madre.

Iba a decirte lo que me pareció a mi Buenos Aires, pero al ponerme a escribir me ha salido esto.
Que sea un humilde homenaje a ella.